Un hermoso poema para compartir

Si hay algo importante que nos regala este mundo de la tecnología es el conocer gente, en mi caso me regaló conocer muy buenas personas.
Me gusta visitar lugares nuevos, pasar por sus casas y espiar por la ventana, y descubrir ese maravilloso mundo interior que hay en cada uno de uds. y que sé, humildemente, que formo parte de él, tanto yo como mis peques.
En este eterno deambular he dado con la casa de una persona que vive en España, estamos tan lejos, pero por este medio muy cerca, y he descubierto que tiene un gran don, este caballero es un gran escritor, tiene el don de plasmar en una hoja sus sentimientos y hacerlos llegar al corazón del lector, poca cosa no?.
Le he pedido autorización para transcribir uno de sus poemas, y como un caballero que es, ha accedido, así que amigos les dejo un hermoso poema, que me gustó mucho y lo quiero compartir con uds.
Muchas gracias Señor Ignacio Bermejo por dejarme mostrar a mis amigos su maravilloso don.

Matrimonio

Eran dos.
Siempre fueron dos,
y se los tragó el tiempo.
Sus vidas,
paralelas, compartidas,
se detuvieron al unísono
cuando el blanco de las flores
se marchitó muriendo.

Eran dos.
Siempre fueron dos,
y entre ellos la palabra se hizo transparente
sin comunicación en el perfecto entendimiento
de la pasión verdadera.
Jamás miraron hacia atrás.
Nunca cuestionaron nada.
No hubo secretos, ni remordimientos.

Miradas,
miradas sin palabras,
besos, caricias, susurros.

Vivieron siendo dos
y como dos murieron
tras haber sido tres, cuatro, cinco...

Y fueron muchos,
pero volvieron a ser dos,
los dos que fueron siempre,
los dos que fueron uno,
en el misterio insondable del amor

Y murieron,
un día murieron
y terminaron siendo mármol.
Piedra tendida blanca y fría
como la eterna paciencia que jamás los separó.

Eran dos.
Siempre fueron dos,
y siempre fueron uno.

©Ignacio Bermejo http://ignaciobermejomartinez.blogsot.com/